Encierro de San Miguel en Cuéllar: Emoción y adrenalina en cada calle
Un encierro rápido y emocionante marcó la celebración de San Miguel en Cuéllar. Los novillos de Aurelio Hernando, con sus llamativos pelajes, ofrecieron un espectáculo único para corredores y espectadores. Desde la suelta en los corrales del río Cega hasta la llegada a la plaza de toros, la mañana estuvo repleta de momentos de tensión y adrenalina.
Una suelta limpia con momentos de incertidumbre
La jornada comenzó con una suelta limpia y rápida de los novillos, pero la tranquilidad inicial se vio interrumpida en la zona del pinar. La manada se dividió en varios grupos, generando momentos de incertidumbre. Un novillo melocotón, en solitario, demostró su bravura al arremeter contra un caballista, afortunadamente sin consecuencias graves.
La bajada del Embudo y la entrada a las calles
La bajada del Embudo fue un momento clave. Los caballistas controlaron la manada hasta que, a mitad de camino, un novillo melocotón se adelantó, seguido de cerca por otros dos. La entrada a las calles fue vertiginosa, con los novillos encabezando la manada a gran velocidad.
Un recorrido urbano lleno de emoción
En la calle Resina y la Plaza de los Coches, los mozos pudieron disfrutar de carreras emocionantes junto a los novillos. Sin embargo, en la calle Parras, la manada se estiró y en la avenida de Los Toros los novillos avanzaron de uno en uno, creando algunas situaciones de peligro.
Balance positivo y ambiente festivo
A pesar de algunos momentos de tensión, el balance general del encierro fue muy positivo. El alcalde de Cuéllar, Carlos Fraile, destacó la buena organización y el disfrute de todos los participantes. La Asociación Encierros de Cuéllar coincidió en que fue un buen encierro, especialmente en el tramo urbano.
El ambiente festivo se vivió tanto en los corrales, con las tradicionales sopas de ajo, como en las calles, con el baile de rueda y el aguardiente.
Un encierro para recordar
El encierro de San Miguel en Cuéllar ha dejado un recuerdo imborrable en todos los presentes. La bravura de los novillos, la habilidad de los caballistas y la pasión de los corredores se conjugaron para ofrecer un espectáculo único.
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